Le miraba y sonreía, me recordaba a ti, estaba leyendo el periódico, sentado en una mesa, con las piernas separadas y movía una de ellas insistentemente, como por instinto, un instinto de esos que aún nos queda a los hombres de nuestra vida salvaje supongo. Luego volví a fijar la vista en la letra cursiva de los menús, hoy ... mmm... no se, ¿qué día es? 27.. supongo que pasta estará bien, pasta, italiana, con quesito rallado por encima. Cuando llegué a casa solo me apetecía meter me en la bañera y sumergirme, atravesar el suelo de ésta, después el del baño, después la húmeda tierra y bajar profundo, hondo, muy hondo, hasta olvidar quien soy y de quien y para quien, de que manera y olvidar que me gusta la pasta y llegar hasta el mar. Y allí simplemente esperar a que este me lleve, me arrastre, de nuevo a lo más hondo y hablar con los peces, con todos los peces, con los peces morados, y reírme de los chistes de peces morados solo para poder olvidarme de esta vida, de esta tierra y de ti.
Le miraba y sonreía, me recordaba a ti, estaba leyendo el periódico, sentado en una mesa, con las piernas separadas y movía una de ellas insistentemente, como por instinto, un instinto de esos que aún nos queda a los hombres de nuestra vida salvaje supongo. Luego volví a fijar la vista en la letra cursiva de los menús, hoy ... mmm... no se, ¿qué día es? 27.. supongo que pasta estará bien, pasta, italiana, con quesito rallado por encima. Cuando llegué a casa solo me apetecía meter me en la bañera y sumergirme, atravesar el suelo de ésta, después el del baño, después la húmeda tierra y bajar profundo, hondo, muy hondo, hasta olvidar quien soy y de quien y para quien, de que manera y olvidar que me gusta la pasta y llegar hasta el mar. Y allí simplemente esperar a que este me lleve, me arrastre, de nuevo a lo más hondo y hablar con los peces, con todos los peces, con los peces morados, y reírme de los chistes de peces morados solo para poder olvidarme de esta vida, de esta tierra y de ti.
2 comentarios
Conchi -
Conchi -
Un beso.