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.Mukka.

Nunca lo entenderás, ni tu quieres ni yo me dejo

Todo empieza con la primera lágrima que cae al suelo y en la que se ve a sí misma reflejada. Sabe que algo no marcha bien, en su interior aún hay piezas que ni encajan ni cumplen su función, hay vacíos permanentes que hacen estremecer su alma.
Muchas veces su
mente va más rápido que ella y ésta es una de esas veces en las que el cuerpo deja de obedecer las órdenes que da su cabeza y llora sin descanso, tratando de inundar todos los vacíos. Se apodera entonces de ella una sensación de no pertenencia, fría y áspera, que araña la poca cordura que le queda, que crispa todos sus sentidos, que ensucia su cielo y apaga la luz.
No comprende porque está llena de agujeros, pero calla y guarda más secretos de los que caben en sus manos.
Sabe que está de paso, que nunca encontrará lo que busca, que no hay justicia cósmica, que sólo es un reflejo de una lágrima en el suelo.

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