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.Mukka.

Se desató mi deseo

Devoré lo poco que ella había dejado de él tras seis años de relación. En tan sólo dos encuentros apuré de sus labios la cordura que le quedaba y en un vaivén de besos le dormí entre mi pecho y mis brazos. No era el indicado, ni el elegido, ni siquiera era especial, tan sólo un músico raro que tuvo la suerte o la desgracia de cruzarse en mi camino de pasos perdidos y labios sedientos. Fue el primero hasta que llegó el segundo y ni uno ni otro se quedaron. No supieron paliar mi dolor, resolver las dudas o acabar lo empezado. Ahora llega tarde el tercer movimiento y vuelve a reavivarse una llama mal apagada, que parece estar condenada a arder dentro de mi, que me duele, me sofoca, que enturbia mi calma y despierta la sed.
Renuncié a perseguir reflejos y sueños rotos y me fue vetado el amor de novela. No soy princesa, ni hada, ni bruja, ni prota, ni extra, ni buena, ni mala, ni siquiera soy una chica fácil, soy demasiado complicada...

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