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~Poesía~

General - Bertolt Brecht

General - Bertolt Brecht

Anoche en el Café Libertad

....General, tu tanque es muy potente
aplasta a cien hombres y arrasa el pinar.
General, pero tiene un defecto:
Necesita un hombre que lo pueda guiar.

General, tu avión es poderoso
Vuela como tormenta y destruye la ciudad.
General, pero tiene un defecto:
Necesita un hombre que lo pueda pilotar.

General, el hombre es muy útil,
puede volar, puede matar.
General, pero tiene un defecto:
Puede pensar.
Puede pensar.

Nos sobran los motivos - Joaquín Sabina

Este adiós no maquilla un hasta luego,
este nunca no esconde un ojalá,
estas cenizas no juegan con fuego,
este ciego no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran más por ti.

A Pájaros

Disculpen la tondtería,
pero
¿adónde se van los pájaros
cuando suenan las primeras
sirenas de la guerra?

Perdonen la pequeñez,
pero
¿adónde dejan sus crías
cuando se acerca mortal
el jaleo de la guerra?

Perdón por la ingenuidad,
pero
¿cómo podrán evacuarlas
cuando ya se oye llegar
el ruido fatal de la guerra?

Es tan sólo una minucia,
pero
¿qué luces buscan los pájaros
cuando los cubre de polvo
la tiniebla de la guerra?

Disculpen la insensatez,
pero
¿adónde vamos los pájaros
cuando se empeña la guerra
en seguir tocando a muerto?

MADRID, ONCE DE MARZO Poemas para el recuerdo (Versión del autor)

Elegía a Ramón Sijé

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien
tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grnde que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asusntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estas rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catastrofes y hambrienta.

Quiero escabar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte,
y besarte la noble calabera,
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a tu huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas...
del almendro de nata te requiero:
que tenemos que hablar de muchas cosas
compañero del alma, compañero.

Miguel Hernandez

A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero!Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los alamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
Habitado de pardos ruiseñores.
Ejercito de hormigas en hilera
va trepando por él y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado

A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero!Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los alamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
Habitado de pardos ruiseñores.
Ejercito de hormigas en hilera
va trepando por él y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado