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.Mukka.

Voy caminando por una estrecha biga de metal, fría, cubierta de escarcha que se estremece a mi pisar y se clava como finas agujas en la planta de mis pies. Llevo días caminando, un pie delante del otro, con los brazos extendidos para guardar el equilibrio, pero los días son tormentosos y se levantan ventoleras que me hacen temblar. A veinte palmos por debajo hay agua, la oigo. Hace dos días comencé a llorar y aún no he podido parar, me duele todo el cuerpo, me pesa la cabeza y se me entumecen las manos.

No hay nadie delante de mí y tampoco detrás, pero siento que me observan y me juzgan continuamente, y una estúpida idea me incita a seguir caminando: quizás tu estés al otro lado.

1 comentario

Conchi -

No es una estúpida idea, eso se llama esperanza. Aguanta, sigue andando a pesar del dolor y el cansancio: siempre hay alguien al otro lado.
A veces depende de nosotros encontrar a ese alguien al otro lado, a veces no nos dejamos ayudar.
Un beso, linda.