
Porque si hubiese comenzado ninguno habríamos podido parar, no encontraríamos la manera de separar dos almas unidas por las lenguas, en plena danza de caricias y suaves tirones de pelo, no habríamos sabido parar los susurros, pellizcos y mordiscos, ni como desviar las miradas. Es mejor, en serio, así no tendrás motivos para echarme de menos.
0 comentarios