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.Mukka.

Una tarde de domingo escribiendo

Una tarde de domingo escribiendo Por que a las doce; tocar night and day; marcando las doce; que por muy; no haya; le comentó; había tomado ya; no se enteró de nada.

Marcando las doce, como cada jueves, estábamos todos allí. Por que a las doce, todos los jueves nos reuníamos para charlar. Marta se estaba sirviendo un café cuando Jaime entró por la puerta, se quitó el abrigo y tras sacudirle algunos copos de nieve, lo colgó y se acercó a la chimenea. Silvia se aproximó a Carlos y le comentó algo que más tarde saldría a relucir a medida que avanzara la noche.
Tras varios temas de Thomas Armingthon, comenzó a tocar Night and Day. Todo parecía ocurrir normalmente hasta que Samanta preguntó qué se iba a hacer en relación con la desaparición de Juan, ya eran varias las personas que le habían preguntado por él y ella hasta entonces sólo había sabido responder con una negación de cabeza. Algunos decidieron no escucharla, entre ellos Miguel que como de costumbre no se enteró de nada. El ambiente comenzó a cargarse, Silvia no entendía por que Samanta se empeñaba siempre en estropearlo todo, y Carlos intentaba calmarla a pesar de estar muy de acuerdo con ella. Jaime comenzó a hablar en un tono algo conciliador y pausado:
“ Silvia, tranquilízate, sabíamos que este tema iba a salir a la luz, antes o después, así que es mejor ahora que estamos todos ”.
Marta, que hasta entonces no había participado en la conversación se levantó para servirse otro café a pesar de que había tomado ya uno y eso suponía pasarse de la raya, pero es que la noche parecía larga. Según se dirigía a su asiento con el café en la mano comenzó a decir que algo había que inventarse si querían acallar los rumores de la gente, estaba claro que ninguno deseaba más que nadie pasar página y olvidar. En esos momentos Miguel se levantó y dijo que por muy de acuerdo que estuviera con Marta no había nada que pudiese explicar la desaparición excepto la verdad. Todos se quedaron algo pasmados con la decidida intervención de Miguel, pero asintieron con la cabeza, después se echaron a reír. Samanta volvió a tomar la palabra : “ Puede que no haya otra explicación más coherente que la verdad pero algo se nos tendrá que ocurrir, todos sabemos cómo son los de fuera y no entenderán la verdad, simplemente no podemos correr el riesgo, debemos inventarnos algo pero ya! “.
Tras callar Samanta todos permanecieron en silencio, yo me ausenté unos minutos y cuando volví Carlos me atravesó con su mirada. Silvia se me acercó y me explicó la tapadera, la mentira que se suponía teníamos que contarle al resto sobre la desaparición de Juan, al cabo de un rato se aproximaron las sirenas de policía y las luces de sus coches.

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